Ironía
Hay un sinnúmero de preguntas sin respuestas en la cabeza de todos y cada uno de nosotros.
Pero estas nunca habrían existido sin una duda.
Entonces a falta de información nace una pregunta.
Pero la duda entonces sería saber si la respuesta es la correcta.
Entonces nos preguntamos…
¿Es posible llegar a amar?
¿Sera posible confiar?
¿Lo que dices es verdad?
¿Existe el bien?
Y podríamos seguir toda nuestra existencia descubriendo dudas que nos generan preguntas.
Pero tomando estas de ejemplo;
¿Es posible llegar a amar?
No puedes saber si amas si nunca has odiado.
¿Sera posible confiar?
No puedes confiar si nunca has desconfiado.
¿Lo que dices es verdad?
Para saber la verdad necesitas saber la mentira.
¿Existe el bien?
Si quieres conocer el bien primero debes conocer la maldad.
Antes de dar algo por cierto debes haber conocido la otra versión, la otra cara, el otro lado.
Conocer, explorar, sentir, experimentar y vivir el otro lado.
Solo quien ha sido prisionero te puede describir lo que es libertad.
Solo quien ha vivido en soledad te puede decir lo que es compañía.
Solo quien ha pasado la pobreza puede apreciar la verdadera riqueza.
Solo quien ha sido cobarde te puede hablar de valentía.
Solo quien se arriesga y se lanza buscando su sueño, su objetivo, su ideal, al encontrarlo puede decir que lo logro.
En cambio quien no se arriesga no puede saber que se siente, cuál sería el resultado, no puede hacer nada más que especular y lamentarse por no haber seguido a su corazón y quedarse a mirar como su vida pasa por delante y no puede hacer nada más que eso.
Mirar.
Porque cuando tuvo la oportunidad la dejo ir.
Y si hay algo que nunca vuelve, nunca regresa y no devuelve nada, es el tiempo.
Nunca se gana tiempo cuando no se hace nada.
Porque el tiempo que estuvimos esperando, pudo ser el tiempo que estuvimos disfrutando, de la vida, del amor, de la pasión, de ser.
Pero preferimos solo quedarnos a dejar el tiempo pasar.
¿Triste no?
Lamentable diría yo.
Realidad.
Emanuel Félix
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