La tina vacía

Mi ser grita en silencio en espera de algo. ¿Qué espera? ¿Por qué espera? Realmente la respuesta no está a nuestro alcance. Un sentimiento vacío entre emociones que acapara el alma. Derrochado ya, vagando entre la multitud sin gracia buscando agonías. Escondiendo lagrimas que derramo por dentro para no revelar mi dolor. Corriendo sin ritmo, estancado en la nada, ahogado en el espacio. Poder arrebatado de mis manos, porque aun queriendo no puedo lograrlo. La realidad una tormenta debajo de mis pies donde ni en su centro halla calma. Mil salidas y de frente a la que no tiene sentido. Sentido arrebatado por miedo, porque no sabe lo que quiere. Querer condicionado a estúpidas ideologías sociales. Porque la comodidad puede más que el triunfo y la libertad. Porque el miedo puede más que el amor. Amor. Amor te veo en rincones susurrando mi nombre. Te siento en la distancia esperando mi llegada. Te sueño en las noches por otros parajes. Parajes.

Tiernas corrientes provenientes de singular y esplendido manantial. Representantes del reflejo más puro que puede tener el ser humano. Sublime canto, tajante y cortante a veces que no produce sonido alguno. Expresiones bastas de palabras pues su sola presencia lo dice todo. Tristeza. Dolor. Alegría. Miedo. Amor. Algunos de los sentimientos que llaman a su presencia. Corrompidas por el ego y la necedad. Ocultas por la presencia y la vana dignidad. Prisioneras libres. En la soledad ocultas. Asimiladas por la debilidad y el fracaso. Dignas de admiración y respeto. Atrapadas por miedo a ser juzgadas. Dejando al miedo hacerles prisioneras para no expresar nuestro sentir. Atrapándolas en lo más profundo de nuestro ser. Acongojándonos más en nuestra mísera existencia. Existencia a la que no le damos el valor que merece. Valor que nos podría hacer libres. Libres de la miseria, libres de la vida. Vida. ¿Dónde te ocultas que no te siento?

Hay un sinnúmero de preguntas sin respuestas en la cabeza de todos y cada uno de nosotros. Pero estas nunca habrían existido sin una duda. Entonces a falta de información nace una pregunta. Pero la duda entonces sería saber si la respuesta es la correcta. Entonces nos preguntamos… ¿Es posible llegar a amar? ¿Sera posible confiar? ¿Lo que dices es verdad? ¿Existe el bien? Y podríamos seguir toda nuestra existencia descubriendo dudas que nos generan preguntas. Pero tomando estas de ejemplo; ¿Es posible llegar a amar? No puedes saber si amas si nunca has odiado. ¿Sera posible confiar? No puedes confiar si nunca has desconfiado. ¿Lo que dices es verdad? Para saber la verdad necesitas saber la mentira. ¿Existe el bien? Si quieres conocer el bien primero debes conocer la maldad. Antes de dar algo por cierto debes haber conocido la otra versión, la otra cara, el otro lado. Conocer, explorar, sentir, experimentar y vivir el otro lado. Solo quien

Querer ¿Qué querer? ¿Cómo querer? ¿Por qué querer? ¿Saber querer o querer querer? ¿Cómo saber que se quiere querer si queriendo no sabemos que queremos? ¿Acaso el querer se quiere? ¿Se quiere saber querer o simplemente se quiere querer? ¿Cómo querer lo que no sabemos si ya queremos? ¿Queremos aprender a querer o ya sabemos querer? ¿Quién realmente sabe querer? Quiero, no quiero. ¿Cómo sé que quiero si queriendo saber no sé si quiero? La vida, la felicidad, el deseo, el amor. ¿Quiero tenerlos? ¿Los tengo? ¿Cómo querer lo que no sabes tener? ¿Cómo querer lo que no sabes que quieres? ¿Puedo vivir? ¿Puedo ser feliz? ¿Puedo desear y satisfacer mi deseo? ¿Puedo amar? Sí puedo. ¿Entonces por qué solo quiero y no lo realizo? ¿Por qué me afano en solo querer lo que puedo tener o tengo? ¿Cómo sé que lo quiero si no me lanzo y surco entre viento y mar por hacerlo realidad? ¿Qué es real? ¿Esto es real? ¿Cómo se si estoy vivo? ¿Cómo s